opinión


"iki dil bir bavul" (dos lenguas, una maleta)

Hoy he vuelto a ver una película que vi hace tiempo y que me gustó mucho. El título original es «İki dil, bir bavul» («Dos lenguas, una maleta«). Trata sobre un maestro de escuela turco proveniente de la ciudad de Denizli, ubicada en el desarrollado oeste de Turquía, que tras terminar la carrera es destinado a un pequeño pueblo del este del país, donde no hay ninguna de las comodidades a las que está acostumbrado: no hay agua corriente, la electricidad va y viene… Y por si eso fuera poco, sus alumnos sólo hablan kurdo por lo que la comunicación con ellos es prácticamente imposible. Puesto que el sistema educativo en Turquía sólo es en turco, en un año ha de enseñarles el idioma y a leer y a escribir, suponiendo esto para él un verdadero reto para el que no está preparado. ¿Conseguirá el profesor enseñar turco a sus alumnos y entenderse con ellos?

La película retrata dos situaciones al mismo tiempo, una la alienación del profesor en un medio que desconoce y rodeado por una lengua que no entiende, y que le hace sentirse como un extranjero en su propio país; por otro, la vida de los niños en el medio rural y sus dificultades a la hora de aprender turco en la escuela. El profesor tiene que empezar enseñando a los niños lo más básico e intenta obligarlos a que hablen siempre en turco en clase para que vayan aprendiendo, haciendo los más mayores, en ocasiones, de intérpretes improvisados para los más pequeños. Asimismo, involucra a los padres en la educación de sus hijos, hablando con ellos y pidiéndoles que animen a los niños a hablar en turco en el aula, les ayuden con los deberes y que procuren que asistan a clase todos los días.

En general, la película trata del encuentro entre dos formas de vida bastante diferentes entre sí, la del oeste urbanizado y desarrollado, y las duras condiciones de vida del este de Turquía rural y notablemente menos desarrollado. El maestro llega con muy buenas intenciones y con la mente muy abierta, pero las circunstancias a veces le superan, reflejándose esto en las llamadas que hace a su madre, la única con la que puede compartir lo duro de su experiencia y lo cuesta arriba que se le hace muchas veces su trabajo y las circunstancias en que lo tiene que llevar a cabo.

Por otro lado, los habitantes del pueblo acogen muy bien al maestro, le respetan y le ayudan en todo lo posible, es especialmente reveladora una conversación que mantiene el profesor con el padre de uno de los niños en el que relata cómo, a pesar de en un principio no ser consciente de la cuestión turca-kurda, vivió el racismo en sus propias carnes cuando, al decir que una de las lenguas que hablaba era el kurdo, se rieron de él y le dijero que «cómo podía considerar al kurdo como una lengua«. Intenta así hacer comprender al joven maestro la situación lingüística que ellos viven y como el turco es para ellos una lengua extranjera que los niños muchas veces no aprenden bien. Por su parte, el maestro representa muy bien a las nuevas generaciones más abiertas, y que le da la razón al señor kurdo («»Eso estuvo mal» le dice) y simpatiza con su situación.

No es una película política, pero sí da mucho que pensar y puede resultar un poco controvertida, especialmente en un país como Turquía donde la cuestión de la educación en lenguas que no sean el turco es aún muy discutida, y donde las identidades de las minorías aún no están reconocidas [durante la película vemos como tienen que decir todas las mañanas el juramento que empieza diciendo «Biz Türküz» (Somos turcos)]. También me dio que pensar sobre la propia historia de nuestro país, cuántos maestros no vivirían en regiones vasco-parlantes, por ejemplo, y vivirían situaciones muy similares; quizá gracias a ellos el castellano se ha convertido en la lengua que usamos para entendernos, pero también la educación en sólo un idioma… ¿a cuánta gente no habrá alienado? y lo que también es importante ¿con cuántas lenguas no habrá acabado? Esto también creo que nos tendría que dar mucho que pensar, y no sólo a los españoles sino también a nuestros hermanos hispanoamericanos.

Podéis descargar la película con subtítulos en castellano aquí.

Publicado en "Molla Nəsrəddin Jurnalı"

Publicado en "Molla Nəsrəddin Jurnalı"

 

Año 2010

 

«Selâmün aleyküm»
«Gut morning»
«Resulta que la mitad del país habla árabe y la otra inglés»
«Cierto, los hablantes de turco se han convertido en una minoría»

Edit: Si tienes preguntas sobre cuál es la situación de la mujer en Turquía, si trabajan y demás, entonces tu post es este.

Acabo de dar un repaso a las novedades en mi Google Reader y me ha llamado la atención la siente frase en uno de los artículo de Eurasia.org:

¿Qué tienen Turquía, Arabia Saudí y Chad en común? Bueno, al menos en términos de igualdad de género, que todos ellos están situados en los diez últimos puestos en un nuevo informe sobre la desigualdad de género en 134 países del mundo.

Parece que el Foro Económico Mundial ha elaborado un nuevo informe anual (podéis leer el estudio aquí) , y Turquía ha resultado estar situada en el puesto 126 de 134, aunque se observa una mejoría ya que el año pasado acabó en el puesto 129. Es sintomático de una mejora general pero que está siendo muy lenta por múltiples razones.

La situación de la mujer en Turquía es muy complicada, y hay una desigualdad evidente que está relacionada con temas tan complejos en sí mismos como el patriarcado (en mi opinión, el principal), la pertenencia a minorías lingüísticas/religiosas, el nivel educativo, la edad de matrimonio, si van veladas o no, entre otros muchos. Precisamente sobre estos temas me gusta el enfoque que adopta un blog que ya he recomendado anteriormente, kamilpasha.com, de Jenny White, y cuya última entrada pone el dedo en la llaga en un tema muy controvertido: las mujeres que llevan velo y con educación universitaria, y su imposibilidad para encontrar un puesto de trabajo.

En su trabajo «Islamist mobilization in Turkey«, la Prof. White aborda la cuestión desde una perspectiva de género muy interesante. Primero trata de distinguir entre las mujeres veladas y las que no, y los niveles educativos, además de hacer un fantástico análisis de por qué el mensaje republicano de «quitarse el velo» que se trató de transmitir a través de las casas del pueblo fracasó. Por ello, recomiendo su lectura a cualquiera interesado en el tema de la mujer en Turquía.

En dicho libro, está muy bien tratado el cómo chicas con velo muchas veces tienen que dejar de estudiar por presión social, y no son bienvenidas en muchas empresas que no desean dar ese tipo de imagen – es decir, que aunque la sociedad en sí misma es mayoritariamente conservadora, la imagen del éxito sigue siendo una mujer con el pelo suelto. A esta discriminación en el mercado laboral, existe una discriminación a nivel educativo (no se permite la entrada a chicas con velo al colegio, y sólo recientemente parece ser que se admiten a chicas que lo lleven en la universidad), y otra a nivel social en la que los estereotipos y la sociedad patriarcal no las permiten integrarse plenamente.

De esta forma, encuentro que las políticas radicales por parte de los partidos republicanos que pretendían liberar a las mujeres han sido contraproducentes ya que la presión para descubrir a las chicas no ha sido conducida de una forma que no supusiera un choque brutal con los valores tradicionales; sin embargo, el AKP que podría hacer que la situación avanzase hacia un modelo de igualdad mayor trabajando desde «dentro», tampoco tiene una propuesta mejor, sino que relega a las mujeres a su papel tradicional sin plantear en general grandes cambios, algo que a la larga puede hacer que pierda el apoyo de este segmento de la sociedad. Y esto lo apunta Peres en su trabajo (el enlace al ensayo, en inglés, lo encontraréis al final de esta entrada): las mujeres al final encontrarán que la única forma de hacerse más presentes en la sociedad será crear plataforma políticas exclusivas desde las que luchar por sus derechos.

En este sentido, es muy interesante la última entrada del blog de Jenny White y que traduzco a continuación:

En la práctica, parece posible que las mujeres que llevan el velo vayan a la universidad. Richard Peres, un experto en discriminación legal que vive en Estambul, escribe este ensayo sobre los problemas a los que se enfrentan estas mujeres en Turquía DESPUÉS de graduarse. ¿Dónde trabajará? ¿Qué pueden hacer con su título? Discute la discriminación que sufren las mujeres en general en el trabajo, y en concreto las mujeres veladas.

Menciona a Fatma Benli, una abogada y directora de una ONG de mujeres que yo también conozco, y a la que no se le permite entrar en el juzgado debido a que lleva un hiyab. Siempre tiene que mandar a un representante para defender sus causas. Me dijo, en 2008, que estaba invitada a dar una charla en una universidad sobre los problemas de las mujeres, pero fue rechazada cuando al llegar se dieron cuenta de que llevaba el velo. Sus partidarios protestaron y se la permitió entrar y hablar, pero fue un ejemplo de los prejuicios contra las mujeres con educación que usan el velo. Hace un par de años, una mujer con velo se quejaba de que incluso los negocios más píos ponían a mujeres sin velo de cara al público y a las que lo llevaban al fondo de la oficina donde nadie las vería. Y la historia de Peres sobre una amiga muy cualificada que se da cuenta de que las ofertas de trabajo desaparecen misteriosamente cuando su posible empleador se entera de que lleva el hiyab me es muy familiar. Conozco a algunas mujeres que han pasado por esta experiencia. Una vez conozcí a una mujer joven y bien formada que buscaba un puesto de aprendiz. Comunicó sus credenciales por teléfono y el empleador parecía muy interesado. Organizaron un encuentro. En el último momento, la mujer le dijo: «Debo de decirte que llevo el velo». La respuesta fue la suguiente: «Entonces olvídalo. No te molestes en venir.» Se sintió muy frustada. «Sólo quiero un poco de respeto», se lamentó. «Les digo que uso el hiyab por teléfono para ahorrarme el viaje, ya que es mejor que irme hasta allí para que cuando me vean, me digan que no hay trabajo».

Peres escribe sobre la larga y violenta lucha por los derechos civiles en los EEUU y arguye que la clave de su éxito fue su aplicación. Cuando las leyes daban derechos sólo sobre el papel, pero no había estatutos que hicieran específicamente ilegal la discriminación, y cuando estas leyes no eran aplicadas, la discriminación continuada. Sólo gracias a las leyes que fueron aplicadas es posible que cualquiera presente una demanda de discriminación basada en la raza, la religión, el género, el origen nacional, la preferencias sexual y otros atributos.

(…) El ensayo de Peres puede leerse aquí (en inglés)