patriarcado


Navegando por la página web OpenDemocracy he encontrado este interesante artículo sobre la mujer y el movimiento feminista en Irán escrito por Sanam Vakil, que he traducido al castellano a continuación (los enlaces referentes a noticias los he cambiado por páginas que contienen la misma noticias en este idioma). Podéis encontrar el original en inglés aquí.

Sanam Vakil19 de Octubre de 2010

El movimiento femenino por la igualdad de género en Irán ha estado en el fondo de luchas políticas más amplias en la República Islámica. Sanam Vakil sigue las tres grandes fases de su desarrollo e identifica los ingredientes de una cuarta.
Sobre la la autora
Sanam Vakil es profesora adjunta en la Johns Hopkins School of Advanced International Studies en Bolonia, Italia. Es la autora del libro de próxima publicación,Women and Politics in Iran: Action and Reaction (Continuum, 2011)

Los titulares de las noticias sobre Irán siguen estando dominado por noticias de política duras, y muchas veces amenzantes – desde el programa nuclear de Teherán y el aumento de las tensiones internacionales que conlleva, hasta la visita de Mahmud Ahmedineyad al Líbano y la aclamación que ha recibido el presidente al denunciar a Israel desde el otro lado de la frontera.

Pero detrás de los titulares, la vida cotidiana de Irán – incluyendo la forma en que los ciudadanos del país sobrellevan los muchos desafíos sociales y políticos – ofrece una visión cada vez más reveladora de la verdadera realidad del país.

La batalla por la igualdad de sexos en Irán continua siendo una de ellos. La lucha diaria de las mujeres iraníes puede haber pasado a un segundo plano desde que el gobierno tomara medidas enérgicas al comienzos de las elecciones presidenciales de junio de 2009, pero aún siguen dando un prisma esencial a través del que podemos entender la vida interna y las dinámicas de cambio en la República Islámica.

Mujeres contra el estado

Las mujeres fueron participantes destacadas en las manifestaciones inmediatamente posteriores a las elecciones, y muchas mujeres activistas fueron blanco del régimen o arrestadas en diversas redadas durantes los meses de protesta. De hecho, decenas de mujeres han sido detenidas y encarceladas desde junio de 2009, y muchas han recibido penas de cárcel de una duración sin precedentes. Una medida igual de dañina para las mujeres es la vuelta al parlamento del controvertido proyecto de ley de «protección familiar» cuyas provisiones harían, entre otras cosas, más sencilla la poligamia.

El objetivo general de la estrategia del régimen es sofocar la revuelta y afectar al movimiento feminista iraní. Que este sea el objetivo señala que los derechos de las mujeres siguen siendo un elemento potente en las luchas entre las facciones políticas e ideológicas que dominan la política iraní.

La reelección fraudulenta de Mahmud Ahmadineyad y la aparición (antes y después de las elecciones) del «movimiento verde» de oposición no son sino una fase más en las tensiones que se han prolongado en el tiempo entre el estado y la sociedad en Irán. Desde la revolución que condujo al establecimiento de la República Islámica en 1979, las mujeres han estado al frente de estas tensiones, en particular, a la cabeza de la lucha, que dura  ya tres décadas, por unos derechos de género mejores (véase Nikki R. Keddie, «Iranian women and the Islamic Republic«, 24 de febrero de 2009).

A través de este periodo de la historia contemporánea de Irán, la trayectoria variable del movimiento feminista – y de la reacción del gobierno- ayuda a explicar el auge y caída de corrientes políticas más amplias: reformismo, secularismo y el retorno conservador reflejado en la elección de Mahmud Ahmadineyad en junio de 2005. Esto puede ilustrarse refiriéndonos a tres puntos de inflexión históricos en los que cambios en el movimiento feminista iraní se ha mezclado con otras polémicas políticas e ideológicas clave en el conjunto de Irán.

Un nuevo horizonte

La primera gran transición para las mujeres desde la creación de la República Islámica llegó con la muerte del Ayatolá Jomeiní en 1989. Esto, junto con la elección de Hashemi Rafsanjani como presidente justo después de la devastadora guerra Irán – Iraq (1980-1989), enmarcada en un periodo de reconstrucción económica y moderación diseñado con la intención de estimular la economía iraní y devolver al país a la comunidad internacional, supuso para las mujeres un periodo de mayor inversión en las instituciones del país, con una expansión del sistema educativo en particular, que les abrió muchas puertas y proporcionó muchas oportunidades.

Aún con todo, el mayor acceso a la educación no se tradujo en mayores niveles de empleo. La mala situación del país atrapó a muchas mujeres – una economía aquejada de unas altas cifras de desempleo y una cultural patriarcal dominante – y dificultó su entrada al mercado de trabajo, forzándolas a dedicarse a profesiones aceptables para su sexo. Al mismo tiempo, la mejor educación y las expectativas crecientes que todo ello trajo, combinadas con las restricciones de una sociedad desigual en lo que a géneros se refiere, dió lugar también a una nueva generación de mujeres que exigen más del gobierno.

Un momento arcoiris

La segunda gran transición para las mujeres llegó en mayo de 1997, cuando las mujeres tuvieron un papel indispensable en la elección del sucesor de Rafsanjani, Mohammad Jatamí, como presidente. La promesa del líder reformista de una mayor liberalización política y un rol mayor para la sociedad civil – la llamada «Primavera de Teherán» – se reflejó en las calles y en los medios; en una nueva y vibrante prensa, mayor apertura en el diálogo político y social, y una relajación en las restricciones islamistas en lo referido al código de vestimenta y la conducta diaria.

Una concesión creciente de licencias del gobierno durante el mandato de Jatamí (1997-2005) significó que la prensa femenina también floreció en este periodo. La revista Zanan fue la más efectiva a la hora de referirse a las cuestiones de género más controvertidas. En esta atmósfera de apoyo y aprobación por parte del gobierno a la actividad de las ONGs, el activismo femenino creció. Aunque la administración de Jatamí resultó ser ineficaz y no consiguió asegurar mejoras legales sustanciales, el fermento liberal que trajo consigo abrió nuevos espacios de diálogo e interacción entre las mujeres activistas (tanto seculares como islamistas). Esta cooperación condujo, por ejemplo, a dirigir protestas y peticiones a favor de la igualdad de sexos, y a celebraciones públicas del Día Internacional de la Mujer.

La elección de un majlis (parlamento) en 2000 aumentó la sensación de dinamismo detrás de la campaña por las reformas legales. Aún así, el parlamento sólo tuvo un éxito limitado a la hora de aprobar legislación de género, incluyendo la Convención de las Naciones Unidas por la Eliminación de la Discriminación contra las mujeres (CEDAW).

El revulsivo conservador contra del movimiento reformista creció durante el segundo mandato de Jatamí (a partir de 2001) – evidente por el cierre de periódicos, restricciones al poder presidencia, la represión del movimiento estudiantil y el bloqueo de posibles candidatos parlamentarios por parte del Consejo de Guardianes.

Inversión de la tendencia.

Esta restauración conservadora, rematada por la elección de Mahmud Ahmadineyad en junio de 2005, impulsó al movimiento de las mujeres a una tercera transición. El nuevo presidente intentó revivir la ideología «auténtica» de la revolución para consolidar al estado islámico frente sus críticos sociales, en parte imponiendo de nuevo convenciones sociales estrictas. El resultado fue un giro decisivo hacia la derecha en el panorama político iraní.

Las activistas por los derechos de las mujeres aún intentan alcanzar las expectativas creadas por los reformistas respondieron desafiando directamente a las leyes de género regresivas que consagradas en la constitución de Irán. El ejemplo más visible fue el de la campaña de «un millón de firmas» que empezó en 2006, y que buscaba, a través de un modelo de tipo referendo y de acción colectiva,  incrementar la conciencia pública y ejercer presión sobre el gobierno para que implemente las reformas de las leyes de género. La campaña sí que generó gran atención pública, pero también provocó una reacción severa por parte del gobierno, que se plasmó en arrestos y detenciones (véase Nasrin Alavi, «Women in Iran: repression and resistance«, 5 de marzo de 2007).

En 2007, el gobierno de Ahmadineyad propuso un nuevo y retrógrado proyecto de ley de protección familiar. La clausula más perjudicial es el artículo 23, que institucionalizaría la poligamia. La ley islámica aplicada en Irán permite que los hombres tengan hasta cuatro mujeres, aunque la práctica de la poligamia es rara (y, de hecho, está bastante condenada). El estatuto existente requiere que un hombre obtenga el permiso de su primera mujer para casarse con otra, y deberían de tratar a sus mujeres de forma equitativa. La nueva provisión de la poligamia permitiría que el marido tomase una segunda esposa sin tener que pedir permiso de su primera mujer por una serie de pretextos (incluyendo que la primera mujer sea estéril o que contraiga una enfermedad terminal). Además, el proyecto de ley reduce la edad de idoneidad (femenina) para el matrimonio de 16 a 13 años; y su artículo 25 requeriría que la mujer pagase impuestos por el dinero que recibe de su contrato de matrimonio.

Una cuarta fase

Durante tres años, las activistas han protestado contra este proyecto de ley, argumentando que estas medidas dañarían, más que proteger, la estructura familiar y reducirían los derechos de la mujer en el matrimonio y el divorcio. Estas protestas fueron fundamentales para que dicho proyecto de ley fuera remitido al comité legal del parlamento en 2008, cuando el majlis tendría que haberlo votado. Ahora, mientras que la ola post-electoral de supresión alimenta el deseo del gobierno de reafirmar su agenda conservadora y subyugar el movimiento feminista iraní, el proyecto de ley vuelve a figurar en la agenda parlamentaria.

Para muchas mujeres iraníes, estas adversidades también son también un tributo al desafío que su activismo sigue presentando a las autoridades. Treinta años después de la revolución, las mujeres han intentado construir a cada oportunidad un avance el movimiento por la igualdad de sexos. Hasta ahora, las acciones más duras de un estado poderoso – arrestos, exilio, sanciones legales – han sido incapaces de destruir el movimiento, que continua creciendo a pesar de esta presión tan grande. El potencial para una cuarta transición está ahí.

Edit: Si tienes preguntas sobre cuál es la situación de la mujer en Turquía, si trabajan y demás, entonces tu post es este.

Acabo de dar un repaso a las novedades en mi Google Reader y me ha llamado la atención la siente frase en uno de los artículo de Eurasia.org:

¿Qué tienen Turquía, Arabia Saudí y Chad en común? Bueno, al menos en términos de igualdad de género, que todos ellos están situados en los diez últimos puestos en un nuevo informe sobre la desigualdad de género en 134 países del mundo.

Parece que el Foro Económico Mundial ha elaborado un nuevo informe anual (podéis leer el estudio aquí) , y Turquía ha resultado estar situada en el puesto 126 de 134, aunque se observa una mejoría ya que el año pasado acabó en el puesto 129. Es sintomático de una mejora general pero que está siendo muy lenta por múltiples razones.

La situación de la mujer en Turquía es muy complicada, y hay una desigualdad evidente que está relacionada con temas tan complejos en sí mismos como el patriarcado (en mi opinión, el principal), la pertenencia a minorías lingüísticas/religiosas, el nivel educativo, la edad de matrimonio, si van veladas o no, entre otros muchos. Precisamente sobre estos temas me gusta el enfoque que adopta un blog que ya he recomendado anteriormente, kamilpasha.com, de Jenny White, y cuya última entrada pone el dedo en la llaga en un tema muy controvertido: las mujeres que llevan velo y con educación universitaria, y su imposibilidad para encontrar un puesto de trabajo.

En su trabajo «Islamist mobilization in Turkey«, la Prof. White aborda la cuestión desde una perspectiva de género muy interesante. Primero trata de distinguir entre las mujeres veladas y las que no, y los niveles educativos, además de hacer un fantástico análisis de por qué el mensaje republicano de «quitarse el velo» que se trató de transmitir a través de las casas del pueblo fracasó. Por ello, recomiendo su lectura a cualquiera interesado en el tema de la mujer en Turquía.

En dicho libro, está muy bien tratado el cómo chicas con velo muchas veces tienen que dejar de estudiar por presión social, y no son bienvenidas en muchas empresas que no desean dar ese tipo de imagen – es decir, que aunque la sociedad en sí misma es mayoritariamente conservadora, la imagen del éxito sigue siendo una mujer con el pelo suelto. A esta discriminación en el mercado laboral, existe una discriminación a nivel educativo (no se permite la entrada a chicas con velo al colegio, y sólo recientemente parece ser que se admiten a chicas que lo lleven en la universidad), y otra a nivel social en la que los estereotipos y la sociedad patriarcal no las permiten integrarse plenamente.

De esta forma, encuentro que las políticas radicales por parte de los partidos republicanos que pretendían liberar a las mujeres han sido contraproducentes ya que la presión para descubrir a las chicas no ha sido conducida de una forma que no supusiera un choque brutal con los valores tradicionales; sin embargo, el AKP que podría hacer que la situación avanzase hacia un modelo de igualdad mayor trabajando desde «dentro», tampoco tiene una propuesta mejor, sino que relega a las mujeres a su papel tradicional sin plantear en general grandes cambios, algo que a la larga puede hacer que pierda el apoyo de este segmento de la sociedad. Y esto lo apunta Peres en su trabajo (el enlace al ensayo, en inglés, lo encontraréis al final de esta entrada): las mujeres al final encontrarán que la única forma de hacerse más presentes en la sociedad será crear plataforma políticas exclusivas desde las que luchar por sus derechos.

En este sentido, es muy interesante la última entrada del blog de Jenny White y que traduzco a continuación:

En la práctica, parece posible que las mujeres que llevan el velo vayan a la universidad. Richard Peres, un experto en discriminación legal que vive en Estambul, escribe este ensayo sobre los problemas a los que se enfrentan estas mujeres en Turquía DESPUÉS de graduarse. ¿Dónde trabajará? ¿Qué pueden hacer con su título? Discute la discriminación que sufren las mujeres en general en el trabajo, y en concreto las mujeres veladas.

Menciona a Fatma Benli, una abogada y directora de una ONG de mujeres que yo también conozco, y a la que no se le permite entrar en el juzgado debido a que lleva un hiyab. Siempre tiene que mandar a un representante para defender sus causas. Me dijo, en 2008, que estaba invitada a dar una charla en una universidad sobre los problemas de las mujeres, pero fue rechazada cuando al llegar se dieron cuenta de que llevaba el velo. Sus partidarios protestaron y se la permitió entrar y hablar, pero fue un ejemplo de los prejuicios contra las mujeres con educación que usan el velo. Hace un par de años, una mujer con velo se quejaba de que incluso los negocios más píos ponían a mujeres sin velo de cara al público y a las que lo llevaban al fondo de la oficina donde nadie las vería. Y la historia de Peres sobre una amiga muy cualificada que se da cuenta de que las ofertas de trabajo desaparecen misteriosamente cuando su posible empleador se entera de que lleva el hiyab me es muy familiar. Conozco a algunas mujeres que han pasado por esta experiencia. Una vez conozcí a una mujer joven y bien formada que buscaba un puesto de aprendiz. Comunicó sus credenciales por teléfono y el empleador parecía muy interesado. Organizaron un encuentro. En el último momento, la mujer le dijo: «Debo de decirte que llevo el velo». La respuesta fue la suguiente: «Entonces olvídalo. No te molestes en venir.» Se sintió muy frustada. «Sólo quiero un poco de respeto», se lamentó. «Les digo que uso el hiyab por teléfono para ahorrarme el viaje, ya que es mejor que irme hasta allí para que cuando me vean, me digan que no hay trabajo».

Peres escribe sobre la larga y violenta lucha por los derechos civiles en los EEUU y arguye que la clave de su éxito fue su aplicación. Cuando las leyes daban derechos sólo sobre el papel, pero no había estatutos que hicieran específicamente ilegal la discriminación, y cuando estas leyes no eran aplicadas, la discriminación continuada. Sólo gracias a las leyes que fueron aplicadas es posible que cualquiera presente una demanda de discriminación basada en la raza, la religión, el género, el origen nacional, la preferencias sexual y otros atributos.

(…) El ensayo de Peres puede leerse aquí (en inglés)

Artículo original aquí.

Con el proyecto «Novias niñas: Víctimas de la herencia social patriarcal y de tradiciones destructivas» la Flying Broom Association va a abordar el problema de los matrimonios tempranos y forzosos en Turquía, donde el 33% de las novias contraen matrimonio siendo menores de edad.

Estambul – BİA News Center
Martes, 5  de Octubre de 2010

En Turquía, uno de cada cuatro matrimonios se contraen con una novia menor de edad, y el 33% de las todas las mujeres casadas son «novias niñas». La Flying Broom Women’s Communication and Research Association ha iniciado un proyecto llamado «Novias niñas: Víctimas de la herencia social patriarcal y de tradiciones destructivas» para abordar el problema de este tipo de enlaces en Turquía.

El proyecto está apoyado por el Social Development Grant Program de la Fundación Sabancı. Su objetivo consiste en poner el asunto en el orden del día para crear una atmósfera de discusión dentro de los mecanismos políticos y hacer que los políticos reconozcan el problema públicamente.

El Presidente de la Comisión Parlamentaria para la Igualdad de Oportunidades de Hombres y Mujeres, Güldal Akşit, la directora de la Flying Broom Association, Halime Güner, la coordinadora del proyecto, Selen Doğan, el Prof. Yıldız Ecevit de la Middle East Technical University (ODTÜ), el artista Burhan Şeşen y la actriz Belçim Erdoğan promocionaron el proyecto en una reunión introductoria que tuvo lugar el 1 de octubre.

«Los matrimonios tempranos violan los derechos de las mujeres, de los niños y los derechos humanos.»

El presidente de la Fundación Sabancı, Hüsnü Paçacıoğlu, explicó: «Los matrimonios tempranos suponen el 37% de todos los matrimonios en Turquía. En el Sudeste del país, este porcentaje llega al 68%. El tema de «las niñas novias» tiene aspectos económicos y sociales. El enfoque económico tiene un papel importante en la solución de este problema».

La coordinadora del proyecto Halime Güner recalca que «los matrimonios forzosos y tempranos constituyen una violación de los derechos humanos, así como una violación de los derechos de las mujeres y los niños».

Güner arguye que las instituciones oficiales, la organizaciones no gubernamentales y también los ciudadanos han de pasar a la acción para desarrollar políticas públicas eficientes contra el matrimonio temprano y el matrimonio no consentido.

Akşit: Las contradicciones en la ley deben de ser disipadas.

Güdal Akşit, de la Flying Broom Association señala que el matrimonio temprano no es sólo un problemas en las zonas este y sudeste del país, sino también en ciudades como Estambul o Ankara.

Akşit advirtió que estos matrimonios privan a las mujeres de sus derechos, sobre todo en términos académicos. Alega que la lucha contra este problema debería de centrarse en primer lugar en la desaparición de las contradicciones en la ley relativas a la edad.

Un «mapa de los matrimonios tempranos» para Turquía

La Flying Broom Association llevará a cabo el proyecto en 54 provincias. Se proyectarán películas sobre estos matrimonios para unas 20.000 mujeres y se organizarán actividades en los colegios de enseñanza primaria para concienciarlas del problema.

La Gran Asamblea Nacional Turca y 270 organizaciones de mujeres en todas las provincias incluirán este problema en sus agendas, apoyada por una campaña de firmas.

El «Mapa del matrimonio temprano» se hará basado en la investigación que llevará a cabo por todo el país, en las provincias de Ardahan, Afyonkarahisar, Ankara, Edirne, Hakkari Kastamonu, Kayseri y Osmaniye entre otras.

El mapa comprenderá estadísticas de estas diez provincias, e intentará desvelar las razones de este problema. Sus resultados serán resumidas y enviadas a las instituciones y ministerios competentes.(BB/EÖ/VK)