pueblo armenio


En la entrada de hoy voy a referirme brevemente a algunas cosas relacionadas con Turquía que me gustaría compartir con los lectores de este blog, que no son muchos.

El nuevo edificio del archivo otomano.


El TOKI, o Ministerio de Vivienda y Urbanismo turco (no sé si esta es la traducción exacta), terminará este año el nuevo edificio que servirá para reunir el Archivo Otomano, que consta de unos 100 millones de documentos siendo así el más grande del mundo, y que antes estaba repartido en cuatro sitios diferentes. El archivo – que en otomano se llamaba Hazine-i Evrak/خزینه اوراق, literamente «tesorería/almacén de hojas» – empezará a funcionar en su nuevo emplazamiento a finales de este año, con la intención de que estudiantes e investigadores de todo el mundo puedan utilizar más fácilmente esta fuente de información, que por la extensión del imperio contiene trozos de la historia de lo que hoy en día son 40 países, es por ello además un archivo bien conocido no sólo por los historiadores turcos sino también por los extranjeros.

Está diseñado para durar miles de años y resistir todo tipo de desastres, incluyendo terremotos o incluso ataque nucleares, químicos o biológicos. Contará además con una sala de investigación con capacidad para 350 personas, un instituto de investigación, una biblioteca y museo, una unidad de archivos digitales, otra de restauración de documentos dañados y otra de publicación y divulgación, un centro de congresos con capacidad para 2000 personas, oficinas gubernamentales, sala de exhibiciones y un estacionamiento cubierto. Asimismo, el edificio estará completamente climatizado para preservar los documentos en la mejor condición posible.

Curiosidad: Sinán sin cabeza.

A través de los blogs de Jenny White y el de Irtiqa me he enterado de una noticia un poco antigua pero interesante. Según lo publicado en el Hürriyet Daily News, Selçuk Mülayim profesor de la Universidad de Mármara piensa que la cabeza del arquitecto Sinán, conocido por obras arquitectónicas tan importantes como la Mezquita de Solimán (Süleymaniye) de Estambul, podría haber sido separada del cuerpo en el año 1935 para medir las dimensiones de la calavera y determinar si Sinán era turco o no y que nunca fue devuelta a su lugar original. Ilber Ortayli piensa que es falsa -cosa que no me extrañaría habiendo visto otros artículos sobre temas históricos publicados en este periódico – y que daña la memoria del arquitecto, pero no deja de ser una historia cuanto menos curiosa y que se narra con más detalles en este artículo en inglés.

Operación triunfo kurdo en TRT6: Strana Xwe Beje (Canta tu canción)

El otro día descubrí por casualidad que el canal gubernamental en lengua kurda, TRT6, iba a empezar un programa tipo operación triunfo. En este mes han tenido lugar las audiciones y el programa empezará en febrero, con un funcionamiento parecido al programa español ya mencionado, y el premio es un piso en Estambul. Me gustaría poder verlo, pero en mi casa no cojo TRT6 así que intentaré seguirlo un poco por internet aunque no me entere de nada, ya que esté canal emite en kurmanji, soraní y zaza (las tres grandes lenguas kurdas). La página web oficial del programa es aún un poco básica y por ahora sólo tiene un par de vídeos, pero la podéis encontrar aquí: http://www.stranaxwebeje.com/

Os dejo aquí el vídeo de las audiciones de Ankara:

Genç Mustafa (El joven Mustafá): la novela gráfica


Sino fuera poco con la polémica que ha protagonizado la serie Muhtesem Yuzyil que narra la historia de amor entre el sultán Solimán el Magnífico (conocido en Turquía como el Legislador) y Hürrem – conocida en España como Roxelana – además de todos los líos del harén y la diplomacia del momento, ha salido a la venta hace poco una novela gráfica titulada Genç Mustafá (el joven Mustafá) que trata de retratar entre ficción y realidad los años de Atatürk en la escuela militar a través de distintos puntos de vista, contando con cuatro narradores: Yo, el editor; Yo, un sargento; Yo, Alí Fuat; Yo, Mustafá – quizá imitando un poco la forma de contar la historia en Me llamo Rojo de Orhan Pamuk, pero esto es una observación propia. Sería el primer tomo de una colección de 20, si mal no recuerdo, en el que se contaría toda la vida de Atatürk.

Me enteré a raíz de un debate que hubo, si mal no recuerdo, en NTV ya que dicha obra ha sido denunciada por uno de los parlamentarios de CHP, Sahin Mengü, ante el Ministerio Fiscal, no entiendo muy bien por qué. En dicho debate, en el que participaron el escritor de los diálogos, el parlamentario y el Prof. Ahmet Kuyas, lo único que quedó claro es que el libro en cuestión realmente no tenía nada en su contenido digno de ser denunciado ya que como dijo el profesor Kuyas, es un libro muy acorde con la ideología de la República y la historia oficial. Sin embargo, Mengü aducía que es que la gente podría tomárselo como una obra histórica verdadera y que se podría formar ideas equivocadas, a lo que el profesor muy bien le contestó que si a partir de ahora los libreros iban a tener que pedir diplomas antes de vender el libro (lol).

El caso es que me fui a la librería DOST del centro al día siguiente a comprarme la novelita en cuestión, y la verdad es que no merece la pena. A nivel gráfico está chula, pero no llama tampoco demasiado la atención, en cierto modo creo que le falta originalidad. La historia está interesante, pero es una exaltación continua de Atatürk, cosa que no me parece mal, pero por lo que el autor – Yalin Alpay un niño prodigio turco de 30 años y que ha trabajado con Halil Inalcik e Ilber Ortayli – daba a entender en la entrevista era una obra muy investigada y se había leído no-sé-cuántos-libros por lo que pensé que el contenido sería más novedoso y mejor organizado, pero además quizá de la falta de originalidad en el apartado gráfico y en el de la historia (aunque trata aspectos menos conocidos de la vida de Mustafá Kemal, como sus actividades subversivas durante su etapa estudiantil), le falta también algo de fluidez a la historia y que esos puntos de vista desde lo que narra la historia sean más variados. Por ejemplo, en la parte en la que el narrador es Alí Fuat, la verdad es que pudiera haber sido cualquier otro porque el narrador se anula mucho a sí mismo.

Al final, no me ha dejado buen sabor de boca, quizá más porque creé unas expectativas que no se cumplieron que por la novela gráfica en sí. Sinceramente, no tengo intención de comprar los 19 siguientes (o los que sea que se publiquen). Podéis visitar el sitio oficial de la novela haciendo click aquí, está puesto allí el vídeo del debate sobre la obra.

Precioso «Sema» en la inauguración de las Universiadas en Erzurum.

Un espectáculo muy bonito basado en la ceremonia «Sema» con un poema de Mevlânâ traducido al turco recitado de fondo.


Perdonad que tarde tanto en actualizar el blog, pero sigo sin ordenador y sin tener un rato para sentarme tranquilamente y escribir. Tampoco tengo tiempo para mirar mi Google Reader en profundidad y creo que me estoy perdiendo un montón de artículos interesantes que leer y comentar aquí. En todo caso, encontré este artículo sobre el único pueblo armenio que queda en Turquía y pensé que os podría interesar.

Estoy ya un poco cansada porque es tarde (2.43 por mi reloj), así que si veis algún fallo en la traducción espero que me lo perdonéis y lo corrijais :).

Artículo original en turco encontrado aquí.

zaman.com.tr
14.11.2010
Sevim Şentürk /
s.senturk@zaman.com.tr/

¡Allí en la lejanía hay un pueblo! Ese pueblo es la única localidad armenia de Turquía. Vakfılı se encuentra en el distrito de Samandağı en Hatay. Allí, se practica la agricultura sin agentes químicos, es decir, se cultivan productos orgánicos.

Y es el único sitio que lo hace. También es un lugar histórico fundado antaño, y poco han cambiado los habitantes de este lugar, siendo el último pueblo armenio de  Turquía.

Sunníes, alevíes, árabes alevíes, árabes ortodoxos, judíos y turcos han convivido como hermanos en la ciudad de Antakya durante muchísimos años, y también otra comunidad, la armenia. A la sombra de árboles centenarios, en las faldas de la Montaña de Moisés (Musa Dağı) se fundaron unas pequeños y pulcros pueblecitos. Su nombre es Vakıflı y está ligado al distrito de Samandağ,  su historia es muy antigua. Juzguen uds. mismos, puede que hace 2000-3000 años, 1800-1900 según fuentes conocidas… Asimismo, las construcciones existentes en la localidad reflejan la cultura y creencias de sus habitante. Un ejemplo de esto es la iglesia, que data del siglo XIX y que fue restaurada en 1997.  A las afueras del pueblo se encuentra un cementerio que es la prueba de que durante siglos en Vakıflı sólo han vivido armenios.

Mientras paseamos por sus calles nos encontramos en el jardín de la iglesia, al que entramos para descansar, con Kuhar Hanım, quien nos dice «Esta vez, antes de que usted nos pregunte «¿De dónde llegastéis a este pueblo?» y tal, nosotros se lo vamos a preguntar a usted» y explica a modo de resumen que no han venido de ningún otro sitio y que son naturales de este lugar desde siempre. Se une a nosotros en nuestro paseo por Vakıflı el jefe del pueblo, Berç Kartun, que nos da algunas informaciones breves sobre los que viven aquí y su población.

Hay 2.000 armenios en la localidad de Vakıflı.

En la década de los 40, dicha localidad tenía el mayor número de habitantes de la región. Sin embargo la oleada de emigración que empezó en los 60 hizo que su población disminuyera. También se fueron muchos a las grandes ciudades para estudiar. En 1964 desciende hasta los 300 habitantes, y siguió perdiendo población en los 70 y los 80. Incluyendo a los que están en Estambul y Europa hay 2.000 personas registradas en Vakıflı. Los que están lejos aprovechan cualquier oportunidad para descansar y darse un respiro en la localidad. La festividad de la Virgen María reunió a todos los habitantes de Vakıflı. En la actualidad, la población es de 1.000 personas, y muchos pasan sus vacaciones en el pueblo. Ohannes Silahlı, que vive enfrente de la iglesia, es uno de ellos. Es un consultor financiero y trabaja en İskenderun. Ha venido a Vakıflı a pasar dos semanas y visitar a su madre, y le encanta venir los fines de semana y descansar. Canik Çapar de 70 años y retirado, uno de los que tuvo que emigrar, pasa con su familia, cada primavera, sus vacaciones anuales.

Vakıflı es la única y última localidad armenia sin mezcla.

La importancia de esta población a 30 km de Antakya no reside en su historia o su arquitectura, sino en ser, fuera de Armenia, el único pueblo armenio sobre la faz de la tierra. En realidad, hasta 1938 había 6 pueblos más alrededor de la montaña de Moisés (Musa Dağı) acompañando a Vakıflı. Sin embargo, debido los desarrollos políticos tras la I Guerra Mundial y a que Hatay, que estuvo bajo control francés,  fue devuelta a Turquía en 1938, los armenios que vivían en la región hicieron lo que prefirieron. Algunos emigraron a Siria y decidieron empezar allí una nueva vida. Los habitantes de Vakıflı en su mayoría eligieron ser ciudadanos de la República de Turquía. Claro, que también hubo algunos que se marcharon. En toda familia hay algún familiar, amigo o esposo que falta. Se marchó el padre o la madre de alguien, o su tío… Pero los armenios que no se marcharon vivieron durante años en las tierras que consideran su patria. Por ejemplo, la tía Aracsi, que nos ha invitado a té en su casa, y que tiene 78 años, es una de ellos. Con 6 años se separó de sus padres. Aunque era muy pequeña, no quería abandonar este pueblo. Sus padres se la dieron en adopción a su tío, que no tenía hijos. Durante años no pudieron verse. Sólo podían llamarse por teléfono y peguntar. Hables con quien hables en esta localidad, parece que sólo cambian los nombres, ya que salen muchas historias muy parecidas entre sí en sus vidas.

Ser armenio tiene cosas buenas y cosas malas…

Estando en un pueblo armenio es imposible no preguntar por sus problemas. Ohannes Silahlı, que ha venido el fin de semana a visitar a su madre Aracsi, estudió en el colegio armenio de Estambul junto con Hrant Dink. Pero, tras acabar el colegio, volvió a Hatay y se estableció en İskenderun, donde empezó a trabajar. «¿Tuviste dificultad a la hora de encontrar trabajo?«, le preguntamos. «Al contrario, ser armenio me facilitó mucho encontrar trabajo. La gente piensa que los armenios somos honestos y personas de confianza. Por esto, a dondequiera que fuera encontraba trabajo«, nos dice.  «No es que no haya situaciones diferentes a esta. Por ejemplo, el yerno de Avadis Dede, Canik Çapar se encontró con muchas dificultades en su trabajo. Debido a lo que le ocurrió, renunció a su nacionalidad y se nacionalizó alemán«.

No hay productos químicos en la tierra, los productos son orgánicos.

Vakıflı es la única localidad registrada en Turquía en la que se cultiva sin productos químicos y se producen naranjas y otros cítricos orgánicos. Prácticamente no hay ningún viñedo ni árboles frutales que no produzcan frutos orgánicos. Por todas partes hay árboles que dan mandarinas y naranjas. Todo el mundo dice «Las nuestras están más ricas«. Por esta razón, la Unión de Exportadores de Turquía le concedió un premio a la localidad. En el pueblo se cultivan productos orgánicos en un total de 650 acres. En 2004 ganó un millón de euros en ingresos resultantes de la exportación. Aunque las cosas ya no son como antes, debido a que no pueden encontrar a ningún comerciante que las compre. Compran muy barato. Por ello estos últimos años han dejado de obtener certificados. Ahora, a pesar de ser una cosecha orgánica el comprador los puede comprar por precios a partir de 30 kuruş.