India


Aquí tenéis los los enlaces a dos magníficos blogs sobre la historia de la India mogol en castellano.

Gran Mogol

Más Gran Mogol

No sé si recordáis que en la entrada sobre Kiran Ahluwalia hablé brevemente de la mushaira:

Intenta así mismo recuperar el gazal y el concepto de la mushaira, o reunión de poetas en la que cada uno recita su gazal, una composición en que cada “dístico” es independiente del resto del poema, con un valor más lírico que narrativo, y en cuyo último verso se introduce el pseudónimo o takhallus del autor. En las antiguas mushairas que aún siguen teniendo lugar en India y Pakistán los poetas recitaban sus versos recibiendo la aprobación de los demás y su alabanza cuando eran los mejores. Empezaban recitando los poetas menos reconocidos y se dejaban para el final a aquellos más conocidos. En algunos gazales se mezcla la tradición poética persa – en la que un hombre habla de la amada – con la india, en la que una mujer habla con otra de su amado. Entre los autores clásicos más famosos figuran Mir Taqi Mir o Mirza Ghalib (mirza suele ser la forma en que se refieren a alguien de ascendencia turca).

Recupero en esta entrada un poema de Ghalib escrito en una caligrafía de estilo nastaliq muy clara y legible y en el siguiente vídeo podéis ver cómo eran estas mushairas en la época de este afamado poeta a través de un fragmento de la serie del mismo nombre emitida por la televisión pakistaní en el año 1988, con sus subtítulos en inglés. Si os gusta la música, los dos discos con gazales cantados en la serie están disponibles para descarga en este enlace.

Caligrafía Nastaliq

Caligrafía Nastaliq (haz click sobre la imagen para ampliarla)

El Mosalmán de Chennai – antes Madras – es probablemente el último periódico del mundo escrito a mano. Dicho periódico se publica en lengua urdú en el estado de Tamil Nadu, lo que lo hace una rareza aún mayor, ya que es precisamente este estado el que rechazó la imposición del hindi – que es la misma lengua que el urdú pero con un sistema de escritura diferente y un registro culto con un léxico basado en palabras tomadas del sánscrito – como lengua nacional, y donde la gente está orgullosa de hablar su lengua, el tamil, que no pertenece al tronco indoeuropeo, como sí pertenece el urdú/hindi y otras lenguas del norte de la India.

Es toda una curiosidad ver cómo trabajan y el valor tan increíble que le dan a la caligrafía en urdú, en mi opinión una de las más bonitas y refinadas del mundo.

Sobre el periódico he encontrado dos vídeos, uno en castellano y otro en inglés que comparto con vosotros a continuación:

En castellano,

En inglés,

Juegos Sagrados

Juegos Sagrados

Perdonad que no haya actualizado antes, pero entre las clases y los imprevistos no he tenido ocasión de sentarme y escribir tranquilamente en el blog. Y el tiempo que he tenido para sentarme, lo he dedicado a leer la novela Juegos Sagrados, la última novela del escrito indio Vikram Chandra, que me enganchó desde la primera página. Chandra es un autor indio en lengua inglesa que cuenta en su haber con dos novelas largas y un libro de historias cortas, es profesor de escritura creativa en la universidad de Berkeley y pasa su vida entre los EE.UU., donde desarrolla su carrera académica, y Bombay, de donde es originario y en donde su familia está muy ligada a la industria cinematográfica. Además, es co-escritor de la película Mission Kashmir.

Conocí la obra de este autor cuando en Navidades me auto-regalé su primera novela, Tierra roja y lluvia torrencial, una novela en que las contradicciones de la India del Raj y de la India actual son narradas por dos protagonistas cuya historia se desarrolla entre la realidad, la magia y la mitología india, y que también os recomiendo mucho, sobre todo si os gusta el realismo mágico.

Por ello, en cuanto he tenido la oportunidad me he lanzado a comprar Juegos Sagrados, aunque esta vez lo he leído en la lengua original, es decir, en un inglés con muchas palabras tomadas del hindi y otras lenguas indias como el márata o el panyabí. Ambos libros incluyen un glosario al final del libro con las palabras utilizadas y su significado, lo que para muchos lectores puede ser un fastidio ya que cada vez que aparece una palabra que no conocemos hemos de parar y consultarlo; sin embargo es precisamente este inglés lleno de palabras en hindi y frases de canciones famosas de Bollywood la que hace el lenguaje de la historia más rico y creíble, y que refleje tan bien la cultura popular no sólo a través del uso de palabras o frases sino asimismo al hacer referencia a películas tan clásicas como Mughal-e-Azam y su hermosa protagonista Madhubala. En este sentido, hay que alabar que en la traducción al castellano se haya respetado esta mezcla. Por cierto, que este glosario puede leerse también en la página oficial del autor.

La protagonista del libro no es otra que la ciudad de Bombay, corazón de la industria cinematográfica india, increíblemente superpoblada y con una sociedad muy variada en lo referente a la lengua, la religión y el estatus social y económico. En este guirigay de gentes, lenguas y barrios trabaja el inspector sikh Sartaj Singh, que ya aparece mencionado en Amor y añoranza en Bombay – un libro de historias cortas -, que por su oficio ve de todo y conoce todas las miserias de la ciudad. La historia comienza un día que el inspector Singh, junto con su compañero Katekar, acude a una casa desde la que durante una discusión doméstica el perrito de la dueña ha sido tirado por la ventana. La historia que comineza con esta discusión se convertirá en una sub-historia sobre Kamala Pandey – la dueña del can – que se desarrollará durante todo el libro. Todo apunta a que es otro día rutinario en la vida de un policía, que transcurre entre hacer su trabajo, ineficiencia y sobornos – hasta que nuestro inspector recibe una llamada en la que una voz desconocida le pregunta si quiere a Ganesh Gaitonde, uno de los grandes mafiosos de la ciudad de Bombay que se pensaba que estaba en el extranjero, y que recuerda mucho al protagonista de la conocida película tamil Nayagan (hasta la 7ª parte la película tiene subtítulos en inglés), a la que se hace también referencia en la novela.

A partir de su encuentro con Gaitonde todo en su vida cambia, y el misterio que rodea a estas circunstancias hace que su rutina como inspector de segunda se vea alterada, pasando su tiempo entre sus casos que no van a ningún lado, los sobornos y, ante todo, dedicando su atención a un asunto que resulta ser de «seguridad nacional». A la vez que leemos la historia de Sartaj Singh, se van intercalando capítulos en los que leemos sobre la vida de Gaitonde desde que era joven hasta ese momento narrado en primera persona, capítulos con historias referidas a personajes secundarios en los que se trata de dar vida a la historia reciente de la India y por ello están ambientadas en la partición o en la lucha contra el comunismo; y detalles esparcidos sobre la vida de los compañeros de trabajo de Singh, sus jefes o incluso los niños de la calle.

En esta larga novela, casi 1000 páginas, que el autor tardó 7 años en completar y por la que recibió 1 millón de dólares por adelantado, llegamos a conocer a la sociedad de Bombay perteneciente a cualquier estrato social o religioso, sus relaciones con los demás, la confianza y la desconfianza que se inspiran, lo corrupto de la política y las actitudes de los mafiosos y los bajos fondos de la ciudad. Todo ello sin recurrir a los extremos, descubriendo una ciudad en la que no hay malos ni buenos, sino gente viviendo y sobreviviendo como saben y como pueden donde muchas veces sólo las personas con menos escrúpulos son capaces de triunfar.

En mi opinión, utilizando como excusa el género policiaco – uno de mis favoritos – Chandra ha conseguido resumir en 1000 páginas la agitada vida de una ciudad llena de hacinamiento, pena y miseria, pero también de la vanidad, la riqueza y del brillo de Bollywood, dos realidades que coexisten y se complementan aunque rara vez se mezclan.

Kiran Ahluwalia
Kiran Ahluwalia

Kiran Ahluwalia es otra de mis artistas favoritas, un descubrimiento fruto de cotilleo «facebookero», cuyo album Wanderlust es un fijo en mi reproductor de mp3. Hacía tiempo que lo tenía olvidado pero por casualidad lo he vuelto a poner y he recordado lo mucho que me gusta. Por ello, he decidido dedicarle mi nueva entrada.

Kiran nació en la India, aunque ha vivido la mayor parte de su vida en Canadá. Cantante y compositora, es famosa por sus interpretaciones de canciones populares panyabíes y su poesía en forma de gazal. Sin embargo, su música tiene mucho de fusión de melodías populares, música e instrumentos indios, con jazz e instrumentos occidentales – que suelen venir de la mano de su marido, el guitarrista de jazz Rez Abbasi -, e incluso otra música fusión tan diferente de la tradición india como el fado,o como la de Tinariwen, un grupo musical tuareg de Malí. En palabras de Ahluwalia: «Los ritmos (de la música de Tinariwen) son mucho más simples que los indios, y no obstante, son tan hipnóticas. En mi opinión, es una música minimalista. Tiene muchas menos notas que las que tiene la música india en una canción – pero tiene las notas exactas necesarias». Precisamente con ellos tiene colaboraciones en su disco Aam Zameen.

En Aam Zameen se atreve también a utilizar letras escritas por poetas de ascendencia indostánica de la zona de Toronto, e incluso sus propios poemas y le da un toque más electrónico que el que se puede apreciar en Wanderlust. En general, su música pretende mezclar muchas tradiciones musicales en torno a la música tradicional india y el eclecticismo es precisamente la esencia de su trabajo. Eso hace que cada pista de su album sea completamente diferente de la anterior y sin embargo tengan en común la cuidada voz de Kiran y la tradición india como marco.

Intenta así mismo recuperar el gazal y el concepto de la mushaira, o reunión de poetas en la que cada uno recita su gazal, una composición en que cada «dístico» es independiente del resto del poema, con un valor más lírico que narrativo, y en cuyo último verso se introduce el pseudónimo o takhallus del autor. En las antiguas mushairas que aún siguen teniendo lugar en India y Pakistán los poetas recitaban sus versos recibiendo la aprobación de los demás y su alabanza cuando eran los mejores. Empezaban recitando los poetas menos reconocidos y se dejaban para el final a aquellos más conocidos. En algunos gazales se mezcla la tradición poética persa – en la que un hombre habla de la amada – con la india, en la que una mujer habla con otra de su amado. Entre los autores clásicos más famosos figuran Mir Taqi Mir o Mirza Ghalib (mirza suele ser la forma en que se refieren a alguien de ascendencia turca).

La forma en que se aprendía su composición era muy larga, básicamente estaban el maestro o ustad a quien sus discípulos o shagird remitían sus poemas esperando su corrección. El proceso de aprendizaje terminaba cuando el maestro consideraba que el estudiante era lo suficientemente bueno para empezar a componer por sí mismo. Los mejores poetas tenían como mecenas a personajes importantes, nobleza y realeza, para quienes a veces también hacían las veces de maestros. Las mujeres que sabían hacer gazales solían ser prostitutas, tal y como aparece narrado en la novela Umrao Jaan Ada («Ada» es su takhallus o pseudónimo) de Mirza Mohammad Hadi Ruswa que ha sido adaptada al cine en al menos tres ocasiones, la última de ellas en 2006 con la famosa Aishwarya Rai como actriz principal.

Volviendo a Kiran, empezó a interesarse por la música clásica india a la edad de 7 años, cuando acudía a conciertos con sus padres. Fueron precisamente sus padres la que más la apoyaron en la música, escribiendo las letras de las canciones de la radio que le gustaban o comprándole un radio-cassette. No fue sin embargo hasta 1990 cuando de verdad empezó a dedicar por completo a la música india como estudiante de Vithal Rao, a aprender más sobre la composición poética del gazal. A pesar de la reticencia de sus padres, no dudó en volver a la India y especialmente, a viajar por el Panyab y aprender más sobre su folklore. Diez años más tarde grabaría su primer disco «Attraction» en 2000, y empezaría su exitosa carrera que llega y a los 5 albumes, pues después de «Attraction» grabaría «Beyond Boundaries», «Kiran Ahluwalia» (recopilatorio), «Wanderlust» y «Aam Zameen» (Tierra común).

Cualquiera de sus discos es muy recomendable y se puede apreciar cómo va madurando y recogiendo nuevas influencias conforme pasa el tiempo, en definitiva, una artista a la que intento seguir de cerca y a la que espero tener la oportunidad de ver algún día en directo.

Sin enrollarme más, os dejo con un par de canciones que me encantan:

Terey Darsan (con subtítulos en inglés, un tema simplemente mágico y hasta la fecha mi favorito)

Koka (también con subtítulos en inglés, una canción en panyabí muy simpática)

Para escuchar más temas, podéis echar un vistazo a su página de MySpace, buscar en Youtube o seguirla en Facebook.

Al límite de la fe

Este fue el libro que me introdujo a la obra del premio Nobel V.S. Naipaul. Lo compré por casualidad, me llamó mucho la atención su temática y decidí darle una oportunidad, no sabiendo si sería de mi agrado o no. Lo cierto es que me sorprendió positivamente.

Primero, hemos de tener en cuenta que Naipaul es conocido por sus tendencias políticas que aunque no son necesariamente anti-musulmanas si es verdad que tiende a considerar a dicha religión como una religión extranjera en su India ancestral, y también en el mundo no árabe en general. Esta sería la premisa del libro: los pueblos conversos son los pueblos no árabes que se encuentran entre dos tradiciones: la nativa (ancestral y local cuyo origen se remonta al origen casi de los tiempos) y el Islam (novedosa y extranjera) y como ambas se interrelacionan y modifican la forma de vida de la sociedad.

Esta idea no surge de una idea preconcebida del Islam, sino que está muy relacionada con la propia vida del autor: aunque nacido en Trinidad, el pasado indio e hindú estaba muy presente en la vida de la comunidad india, encontrándose en medio de una cultura diferente pero a la vez preservando un pasado remoto lleno de historias y lugares sagrados. Así sería el Islam, una religión que incluye unas un bagaje cultural y religioso cuyo origen es muy lejano al lugar en el que viven actualmente muchos musulmanes, como los de Pakistán, Irán o Indonesia. Partiendo de este punto, Naipaul entrevista a personajes de las más diversas creencias y capas sociales de los países que visita, para ahondar en cuál es su pasado histórico y religioso y a qué tradiciones se sienten ligadas y cómo.

En especial, me pareció curioso como ya empieza a observar el poderío de la ideología saudí entre muchos musulmanes de Asia, y cómo eso acaba sustituyendo para algunos el Islam local (con mucha mezcla con creencias anteriores) con un Islam más árabe y desarraigado. La prosa es fantástica y la subjetividad con la que está escrito, llena de pensamientos y opiniones, me impresionó positivamente y me gustó poderme sentir en la mente del narrados, aunque no necesariamente compartiera sus ideas u observaciones. No obstante, es un libro largo y complejo que no se puede leer de una sentada, y al que es mejor dedicarle un tiempo y un espacio tranquilos para poder apreciar todas las historias que se nos cuentan y reflexionar sobre ellas.

Lo recomiendo a las personas que quieran conocer algo más sobre las naciones visitadas por el autor, ya que la narración contiene retazos de las historias de estos países que desconocemos o no tenemos muy claros;y también para conocer algo más del Islam y de las creencias preislámicas, de la superstición y el paganismo. Sin embargo, para quien quiera ahondar en estos temas, es mejor que también busque lecturas «más académicas» ya que esta obra tiene un punto de subjetividad bastante pronunciado.